jueves, 13 de noviembre de 2008

Un trámite sin más

No hay mucho que escribir del partido de anoche en el Estadi. Los partidos de copa a estas alturas de la competición no atraen ni a los jugadores ni al público. Siempre te puedes llevar alguna sorpresa como la del martes, pero a doble partido es muy complicado caer a las primeras de cambio.
El Benidorm vino a hacer su partido. Amontonar jugadores en el centro del campo y reculando hacia su defensa. Si tenían suerte y pescaban una contra mejor, y si no, esperar no recibir una goleada.
Guardiola alineó más gente “titular” de la que me esperaba, pero ni aún así el encuentro levantó mayor expectación. Al igual que ante el Basilea en la Champions, los futbolistas no se motivan con estos equipos tan “endebles” y tienen mucho más a ganar que a perder. La diferencia técnica es abismal, pero los jugadores de menor entidad suplen sus carencias con grandes dosis de moral y entrega. Esto conlleva a que la diferencia se reduzca muchísimo. Se enfrentan equipos que van al 50% con otros que van al 200%.
El encuentro como cabía de esperar fué malo, el Barça intentó marcar pronto para evadirse de los posibles fantasmas y sentenciar lo antes posible. El Benidorm creaba algo de peligro en las contadísimas contras que tenían, pero donde más miedo incitaron fué en una magistral falta lanzada a la escuadra que Pinto rechazó con una gran intervención. Los locales creaban más ocasiones pero no remataron el partido hasta el minuto 87 en el que Messi marcó en un despeje del portero, a un penalti fallado por él mismo.
En resumidas cuentas, ésta copa no atrae a los grandes equipos hasta la ronda de semifinales. Mi formula sería que el ganador de ésta competición fuera directamente a la champions y así se activaría la magia que tuvo siempre. De lo contrario seguirá como está, sin interés de los grandes y los equipos que llegan a la final acostumbrarán a ser de segunda fila.

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